Para terminar este pequeño tratado en el tema “Libertad”, ahora me dedicaré a hablar de la Libertad Verdadera.
La Libertad Real sobrepasa meros aspectos socio-económicos y políticos, y se adentra en lo más íntimo del corazón humano. La Libertad Real es experimentada cuando somos liberados de las cadenas de la esclavitud que detallé en el tomo anterior, y somos libres de vivir bajo esos estilos de vida.
Pero la Libertad Real no es una Libertad Anárquica ni mucho menos Humanista. Todas las otras Libertades ponen al humano en el centro, como si nosotros fuésemos los amos y señores de nuestra existencia. No – la Libertad Verdadera pone a Dios al centro, el verdadero dueño y señor de todo en este mundo.
Por tanto, cuando uno confía en Dios, uno es libre de vivir bajo el mandato de Dios – uno es libre de la oscuridad que yace sobre nuestro entendimiento. Uno es libre de dejar de escuchar a las mentiras del Jardín del Edén, y vivir para nuestro Rey – Dios mismo.
Esa libertad, estimados lectores, también fue escrita con sangre en una tarde de viernes a las afueras de Jerusalén, mientras Cristo mismo era colgado de una crux romana, para la burla de los asistentes. En ese espectáculo brutal y dramático (tirándole al Romanticismo) fue que la Libertad Verdadera fue comprada - es por esa razón que decía que la idea de "sangre comprando la Libertad" no era una idea original del Romanticismo.
Comprados, pues, para ser libres, ahora vivimos para Dios – siendo hechos libres de lo que nos esclavizaba cruelmente, descubrimos que la Verdadera Libertad es dependiente de Dios , y no se encuentra jamás cuando uno es independiente de Dios.
Nuestra Libertad es vivir en Dependencia de Dios.
La paradoja de los tiempos y la libertad comprada en un espectáculo grotesco y aparentemente sin importancia – así es como actúa nuestro Dios, para humillar la tonta “sabiduría humana” y glorificar el nombre de Cristo Jesús, El Salvador de la Humanidad.
Vive la Liberté!
¿Y vos sos libre?
La Libertad Real sobrepasa meros aspectos socio-económicos y políticos, y se adentra en lo más íntimo del corazón humano. La Libertad Real es experimentada cuando somos liberados de las cadenas de la esclavitud que detallé en el tomo anterior, y somos libres de vivir bajo esos estilos de vida.
Pero la Libertad Real no es una Libertad Anárquica ni mucho menos Humanista. Todas las otras Libertades ponen al humano en el centro, como si nosotros fuésemos los amos y señores de nuestra existencia. No – la Libertad Verdadera pone a Dios al centro, el verdadero dueño y señor de todo en este mundo.
Por tanto, cuando uno confía en Dios, uno es libre de vivir bajo el mandato de Dios – uno es libre de la oscuridad que yace sobre nuestro entendimiento. Uno es libre de dejar de escuchar a las mentiras del Jardín del Edén, y vivir para nuestro Rey – Dios mismo.
Esa libertad, estimados lectores, también fue escrita con sangre en una tarde de viernes a las afueras de Jerusalén, mientras Cristo mismo era colgado de una crux romana, para la burla de los asistentes. En ese espectáculo brutal y dramático (tirándole al Romanticismo) fue que la Libertad Verdadera fue comprada - es por esa razón que decía que la idea de "sangre comprando la Libertad" no era una idea original del Romanticismo.
Comprados, pues, para ser libres, ahora vivimos para Dios – siendo hechos libres de lo que nos esclavizaba cruelmente, descubrimos que la Verdadera Libertad es dependiente de Dios , y no se encuentra jamás cuando uno es independiente de Dios.
Nuestra Libertad es vivir en Dependencia de Dios.
La paradoja de los tiempos y la libertad comprada en un espectáculo grotesco y aparentemente sin importancia – así es como actúa nuestro Dios, para humillar la tonta “sabiduría humana” y glorificar el nombre de Cristo Jesús, El Salvador de la Humanidad.
Vive la Liberté!
¿Y vos sos libre?
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