¿Y vos te acordás de los buenos viejos tiempos?
¿Te acordás cuando soñábamos con ser adultos? ¿De lo que deseabas hacer de grande, mientras Miguel Mateos ya te hacía la misma pregunta que tus papás?
¿Te acordás cuando salíamos a jugar en el vecindario?
¿De aquellas peleas tontas y de aquellas reconciliaciones casi instantáneas?
¿Te acordás de aquellas noches viendo las estrellas? ¿De las fogatas que hacíamos?
¿Te acordás de nuestras terribles travesuras?
¿Te acordás de nuestros temores y de nuestros sueños?
¿Te acordás de aquellas amistades inocentes?
¿Quisieras retornar a ese pasado ya escrito, y revivir esas juveniles vivencias que tuvimos? ¿Re-experimentar lo vivido?
Yo también, amigo. Quisiera regresar, volver a vivir esa etapa - aún con el dolor terrible de algunas cosas, fueron las etapas doradas de la infanto-adolescencia.
Pero el pasado, pasado fue - aún en mi parecido deseo nostálgico de habitar los anales de la Historia ya escritos por vos y yo, un nuevo sentimiento nace en mi - el futuro, el amanecer de un nuevo día, el resplandor de las cosas que vendrán. La juventud que palpita por nuestras venas, las oportunidades enormes que yacen en frente de nuestras veredas.
Cuando regrese a mi vecindario querido, en el Antiguo de mis Amores, quiero mezclar esa nostalgia con el prospecto del futuro que me aguarda - recordemos, pero no tengamos miedo de abrazar el futuro, que aunque incierto, presenta más glorias que las experiencias pasadas.
¿Te acordás entonces de nuestro futuro?
¿Te acordás de lo crecidos que estamos ya y seguiremos estando?
¿Te acordás de tu carrera? ¿De tu futura familia?
¿Te acordás de tu futuro?
Y hasta puedo preguntarte...
¿Te acordás de tu misma muerte?
Porque dejame decirte que ni la muerte puede acabar con nada, porque hay una esperanza que mira al futuro con tanto poder que no le tiene miedo a la muerte...
Saludos desde el Exilio
(Dedicado a todas aquellas sonrisas que habitan en mi memoria - mis grandes amigos del vecindario, con los cuales compartí mi infancia)
¿Te acordás cuando soñábamos con ser adultos? ¿De lo que deseabas hacer de grande, mientras Miguel Mateos ya te hacía la misma pregunta que tus papás?
¿Te acordás cuando salíamos a jugar en el vecindario?
¿De aquellas peleas tontas y de aquellas reconciliaciones casi instantáneas?
¿Te acordás de aquellas noches viendo las estrellas? ¿De las fogatas que hacíamos?
¿Te acordás de nuestras terribles travesuras?
¿Te acordás de nuestros temores y de nuestros sueños?
¿Te acordás de aquellas amistades inocentes?
¿Quisieras retornar a ese pasado ya escrito, y revivir esas juveniles vivencias que tuvimos? ¿Re-experimentar lo vivido?
Yo también, amigo. Quisiera regresar, volver a vivir esa etapa - aún con el dolor terrible de algunas cosas, fueron las etapas doradas de la infanto-adolescencia.
Pero el pasado, pasado fue - aún en mi parecido deseo nostálgico de habitar los anales de la Historia ya escritos por vos y yo, un nuevo sentimiento nace en mi - el futuro, el amanecer de un nuevo día, el resplandor de las cosas que vendrán. La juventud que palpita por nuestras venas, las oportunidades enormes que yacen en frente de nuestras veredas.
Cuando regrese a mi vecindario querido, en el Antiguo de mis Amores, quiero mezclar esa nostalgia con el prospecto del futuro que me aguarda - recordemos, pero no tengamos miedo de abrazar el futuro, que aunque incierto, presenta más glorias que las experiencias pasadas.
¿Te acordás entonces de nuestro futuro?
¿Te acordás de lo crecidos que estamos ya y seguiremos estando?
¿Te acordás de tu carrera? ¿De tu futura familia?
¿Te acordás de tu futuro?
Y hasta puedo preguntarte...
¿Te acordás de tu misma muerte?
Porque dejame decirte que ni la muerte puede acabar con nada, porque hay una esperanza que mira al futuro con tanto poder que no le tiene miedo a la muerte...
Saludos desde el Exilio
(Dedicado a todas aquellas sonrisas que habitan en mi memoria - mis grandes amigos del vecindario, con los cuales compartí mi infancia)
No comments:
Post a Comment