"....Porque me duele si me quedo
Pero me muero si me voy
Por todo y a pesar de todo, mi amor,
Yo quiero vivir en vos..."
(Maria Elena Walsh - Serenata para la Tierra de Uno)
El Salvador ¿qué no sos vos para mí?
Sos mi familia, mis ancestros: la sangre que corre por mis venas, las viejas historias de genealogías, el viejo dolor que aún se esconde en la calurosa sonrisa de tus paisanos. Sos el seno familiar más íntimo, el calor y el afecto de los padres, la mesa tendida.
Sos mi barrio, el inconfudible vecindario: sos el pasaje donde incontables historias y fantasias infantiles se gestaron, la geografía habitual, el lugar más amado. Sos el Antiguo de mis amores, con sus calles estrechas, con su gente emprendedora, con sus pájaros que anuncian ya el amanecer.
Sos el color de mi piel, que no se avergüenza de llamarse mestiza, la fusión de tres grandes mundos.
Sos mi escuela, artífice de mis conocimientos primarios, de la semilla del saber. De tu mano aprendí a ver el mundo desde una perspectiva única, muy tuya, para hacerla mía. En tu seno aprendí a caminar, aprendí a amar, aprendí a soñar.
Sos mi lengua, el vernacular cuscatleco. Sos mi ortografía, mi gramática, mi dicción, mi fraseo. Sos mis prejuicios y mis testarudeces. Sos mis ideas y mis locuras.
Sos es el sudor de mi frente que lucha, al igual que mis hermanos cuscatlecos, para verte feliz y plena algún día, aún en medio del dolor y la sangre que tiñe injustamente tu histórico semblante.
Sos vos, a pesar de todo, sos vos. Con tus defectos y tus maravillas. Con tus problemas y tus esperanzas. Pero así te quiero y así seguiré amándote, aún en la distancia que muy pronto nos separará. Aunque mis sueños me lleven lejos, aunque mi derrotero quizás ya no esté geograficamente más con el tuyo, El Salvador, vas conmigo en mi corazón donde quiera que vaya. A fin de cuentas, al fondo de todo sueño mío, estará el azul y el blanco, tan firme como siempre.
El Salvador, aún cuando nos separe la distancia, siempre estaré orgulloso de llamarme tu hijo. No porque seas mejor que las demás, sino porque parte de lo que soy, te lo debo a vos.
¿Quién no ama el lugar, la tierra natal
y donde ha nacido...?
Terruño de amor, El Salvador, donde yo vivo...